sábado, 16 de noviembre de 2013

DOMINGO XXXIII DEL TIEMPO ORDINARIO

NUESTRO LLAMADO DE HOY:
“Poner la confianza en Dios y dar testimonio de  Fe en los tiempos de crisis”


MALAQUIAS 3, 19--21
En esta lectura finalizando el año litúrgico, Malaquías nos invita a reflexionar entorno a la justicia de Dios, es el momento de analizar nuestra vida como católicos y hacer una evaluación sobre nuestra respuesta a Dios y a nuestros hermanos desde el ser justos.
Debemos tener claro, que somos hijos de Dios, un padre amoroso, misericordioso pero no alcahueta; que mientras estemos en este mundo tendremos la oportunidad  de trabajar por nuestra salvación, teniendo presente  que así como su misericordia es inmensa, lo es también su justicia; que según ella dará  a cada cual lo que se merece según su obrar y su vivir;  que siempre pide cuentas de nuestros actos y que la muerte es el punto límite entre estas dos verdades.
¿Si hoy tuviera que ir a mi encuentro con Dios, cuál sería mi destino según mis actos?


Tesalonicenses 3, 7-12   "El que no trabaja, que no coma"
San Pablo en la carta a los tesalonicenses nos invita a construir el Reino de los Cielos desde
nuestra vida cotidiana; como católicos debemos encomendar al Señor nuestra vida laboral y reconocer que por medio del esfuerzo de nuestras manos y el sudor de nuestra frente dignifiquemos nuestra vida, nuestra familia y nuestro entorno.
En la comunidad tesalónica, según el apóstol Pablo hay algunos que son curiosos y ociosos que no trabajan, a ellos los reprende y deja claro que la persona ociosa no da frutos en su vida  y acaba con la dignidad humana.
el trabajo dignifica al hombre y es medio de construcción del Reino de los cielos. “ora et elabora”. Cuando se ve el trabajo como un “castigo del pecado original” se torna una carga muy pesada de sobrellevar, pero cuando adquiere un sentido, primero de ganar el sustento y segundo un medio  de trabajar por la construcción del Reino y de santificación.  
Un trabajo ofrecido con amor y alegría, como forma de oración, se santifica y santifica los frutos  que de él se obtienen  convirtiéndose  en el medio más eficaz de trabajar en el apostolado desde nuestra profesión.
¿Cual es el objetivo de mi trabajo?



Lucas 21, 5-19
"Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas


Jesús habla de dos cosas, de la destrucción de la ciudad que era lo que ocupaba sus pensamientos en ese momento, y la del mundo, sobre lo que los discípulos querían saber. Por eso en la respuesta quedó mezclada una con otra. Pero realmente al hablar de la destrucción de Jerusalén que ocurriría con los romanos, se refería al mismo tiempo a lo que va a experimentar la civilización del mundo presente, cuando por las guerras finales será arrasado, por eso Jerusalén se convierte en la figura del género humano y de toda la tierra, siendo esta destrucción fruto del obrar humano.
Cuando la naturaleza tiene efectos negativos encaramos a Dios sobre cómo es posible que el permita estas cosas si es un Dios amoroso, pero no profundizamos que ello es la consecuencia de la lejanía que el hombre obra en relación con su creador a través de la pérdida del sentido moral en un mundo donde “ya nada es pecado”, de la discordia, del deseo de poder y tener sin importar el gran mandamiento del amor a que nos ha llamado Dios.
Dar la espalda a Dios es darle la cara al mal que trae maldad (satanás) que se ha insertado en el mundo y que también tiene su obrar y el cual  es destrucción y muerte física y espiritual.
Surgen los interrogantes:
¿cuál es mi actitud Cristiana frente a las señales de estos tiempos?, ¿se podrían evitar si nos portamos como auténticos hijos de Dios?.
¿Podríamos cambiar el mundo si quisiéramos?.


En conclusión podemos apreciar que Jesús a través del Evangelio toca a la persona humana en lo más íntimo de su ser, así como tocó a los judíos con el templo -que era el centro de su vida- y nos invita a poner nuestra confianza en Dios, viviendo   nuestra fe especialmente en los tiempos de crisis y  siendo perseverantes en nuestro testimonio de vida.

PADRE CUÉNTEME UN CUENTO
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SINTINÍZATE CON DIOS
  •  Reconozco mi trabajo como bendición de Dios y lo desempeño con alegría.
  • Siempre viviré confiando en Dios. 


Afectísimo en Cristo Jesús: José Camacho. Pbro.

1 comentario:

  1. uffffffffffffffff, secillamente espectacular
    padre José el video es el reflejo de ni vida.... me dejó pasmado, sin palabra, cada vez va superando las espectativas, he invitado a mis amigos a ver el video y acada uno nos ha dicho algo, felicitaciones... Dios lo siga bendiciendo

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